CONCIERTO: Chocquibtown en Argentina
Buenos Aires / Niceto Club / 1 de Agosto de 2009
El pasado primero de agosto se presentó por primera vez en Argentina la banda de Hip Hop más representativa de Colombia: Chocquibtown. Como me encontraba de viaje no pude asistir a la presentación, pero los comentarios de los asistentes fueron más que positivos. Por tal motivo le pedí a mi amigo Iván Gallo, escritor e historiador colombiano residente en Buenos Aires, que redactara para El Pasacintas una nota sobre sus impresiones del recital.
Reflexiones en torno a la visita de Chocquibtown a Buenos Aires
Por Iván Gallo Sanabria*
El Colombiano no tiene curiosidad. No se entiende como teniendo al lado a un continente como El Chocó a nadie le parece cool ir a Quibdó, o a Nuquí, a la exhuberante selva y playa afrocolombiana que tienen allí. Ni que decir del olvido en que el estado tiene sumido a esta provincia, que evidencia nuestro profundo racismo, porque Colombia, como casi toda Latinoamérica es profundamente racista.
Yo me incluyo, y puedo decir que nunca había tenido tantas ganas de ser negro como cuando vi a Chocquibtown en Buenos Aires. A la banda la conocí por el DJ Tudo Bem (conocido en el inframundo como Leonardo Tarifeño) que siempre la ponía en las fiestas, logrando que los parcos argentinos dejaran sus vasitos de fernet sobre los bafles para luego bailar hasta que se hacía de día.
Pero una cosa es escucharlos y otra cosa es verlos en vivo. Es una experiencia estremecedora. Su principal virtud es que uno no sabe que coño es, sino que es evidentemente buena música. Excelente música. Maravillosa música. Fieles a las raices negras desde Miles Davis hasta Notorious B.I.G, Chocquibtown possee la virtud de la poesía inagotable, lo que en algunos es simple improvisación Tostao y su combo lo convierten en fuego sobre el escenario. Allí conforman un cuadro maravilloso, todo está tan bien puesto, tan armónico.
Yo me incluyo, y puedo decir que nunca había tenido tantas ganas de ser negro como cuando vi a Chocquibtown en Buenos Aires. A la banda la conocí por el DJ Tudo Bem (conocido en el inframundo como Leonardo Tarifeño) que siempre la ponía en las fiestas, logrando que los parcos argentinos dejaran sus vasitos de fernet sobre los bafles para luego bailar hasta que se hacía de día.
Pero una cosa es escucharlos y otra cosa es verlos en vivo. Es una experiencia estremecedora. Su principal virtud es que uno no sabe que coño es, sino que es evidentemente buena música. Excelente música. Maravillosa música. Fieles a las raices negras desde Miles Davis hasta Notorious B.I.G, Chocquibtown possee la virtud de la poesía inagotable, lo que en algunos es simple improvisación Tostao y su combo lo convierten en fuego sobre el escenario. Allí conforman un cuadro maravilloso, todo está tan bien puesto, tan armónico.
Chocquibtown es mucho más que buena música. Tienen un compromiso con su oprimido pueblo, compromiso que se evidencia en sus letras. Esto obviamente los aleja de las emisoras comerciales colombianas dónde al parecer solo aprecian el talento de Juanes y Shakira, pero nunca de un artista negro, reafirmando la tradición racista. Afortunadamente existen los blogs, y las demás cadenas informativas que possee la internet. Ese ostracismo ha sido reivindicado por la gente y por ellos podemos disfrutar de Chocquibtown uno de los tantos tesoros musicales que tiene el Chocó, uno de los pocos que se ha salvado del olvido.
(*) Iván Gallo Sanabria, es el autor del libro "Ensayos de Frankenstein" (2008). Además es colaborador de las revistas Kinetoscopio y Arcadia.
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